"Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento." (Miguel de Unamuno)
sábado, 9 de enero de 2016
UN CUENTO DE VOLTAIRE
"En uno de mis viajes encontré a un viejo brahmán, hombre sensato, inteligente y muy sabio; además, era muy rico por lo que era más sensato aún, pues al no carecer de nada, no tenía necesidad de engañar a nadie.
Su familia estaba muy bien gobernada por tres bellas mujeres que pugnaban por complacerle; y cuando no se distaría con sus mujeres, se dedicaba a filosofar. Cerca de su casa, que era hermosa, adornada y acompañada de jardines encantadores, moraba una vieja hindú, beata, torpe y bastante pobre.
El brahmán me dijo un día: «Me gustaría no haber nacido».
Le pregunté por qué.
Me respondió: «Estudio desde hace cuarenta años y son cuarenta años perdidos; enseño a los demás, pero lo ignoro todo: esta circunstancia transmite a mi alma tanta humillación y hastío, que la vida se me hace insoportable. Nací, vivo en el tiempo, pero no sé qué es el tiempo; me encuentro en un punto entre dos eternidades, como dicen nuestros sabios, y no tengo ni idea de la eternidad. Estoy compuesto de materia; pienso, pero jamás he podido instruirme acerca de lo que produce el pensamiento; ignoro si mi entendimiento es en mí una simple facultad, como la de caminar, o la de digerir, y si pienso con mi cabeza lo mismo que cojo algo con mis manos. No sólo me resulta desconocido el principio de mi pensamiento, el principio de mis movimientos también está oculto para mí: no sé por qué existo. Pese a esto, todos los días me plantean preguntas acerca de estos temas y tengo que responder; no tengo nada importante que decir; hablo mucho, aunque me quedo confuso y avergonzado de mí mismo después de haber hablado. Es peor aun cuando alguien me pregunta si Brahmán ha sido producido por Visnú, o si los dos son eternos. Dios es testigo de que no sé ni una palabra acerca de la cuestión, y eso se percibe en mis respuestas. «¡Ah! reverendo padre —me dicen— explíquenos cómo el mal inunda la tierra». Siento la misma ignorancia que los que me plantean la cuestión. A veces les digo que todo marcha bien en el mundo; pero los que se han arruinado o han resultado mutilados en la guerra, no creen nada de eso, y yo tampoco; me retiro a mi casa abrumado por mi curiosidad y mi ignorancia. Leo nuestros libros antiguos, y éstos incrementaron aún más mis tinieblas. Hablo con mis compañeros: unos me responden que hay que gozar de la vida y burlarse de los hombres, otros creen saber algo y se pierden en un marasmo de ideas extravagantes; todo incrementa el sentimiento doloroso que padezco. En ocasiones estoy a punto de caer en la desesperación cuando pienso que, después de todas mis investigaciones, no sé de dónde vengo, qué soy, adónde iré, ni que será de mí.»
El estado de aquel buen hombre me produjo auténtica pena, pues nadie era más razonable ni más honesto que él. Y pensé que cuanta más inteligencia tenía en su cabeza y más sensibilidad en su corazón, más infortunado era.
Vi el mismo día a la anciana que vivía cerca de él; le pregunté si se había sentido alguna vez afligida por no saber cómo está hecha su alma. Ni siquiera comprendió lo que le había preguntado: no se había detenido ni un segundo en su vida a reflexionar acerca de una sola de las cuestiones que atormentaban al brahmán; creía de todo corazón en las metamorfosis de Visnú, y con tal de que pudiera tener, a veces, agua del Ganges para lavarse, se consideraba la más dichosa de las mujeres.
Impresionado por la felicidad de aquella pobre criatura, volví de nuevo a visitar a mi filósofo, y le dije: «¿No siente vergüenza de ser infortunado, cuando a su puerta hay una vieja autómata que no piensa en nada, pero vive feliz?» — «Tiene razón —me contestó—; me he dicho cien veces que sería feliz si fuera tan simple como mi vecina y, sin embargo, no quisiera tener este tipo de felicidad.» Esta respuesta de mi brahmán me produjo más impresión que todo lo demás; me examiné a mí mismo y vi que, efectivamente, yo no habría querido ser feliz si para serlo debía ser bobo.
Les propuse el tema a otros filósofos, y todos coincidieron conmigo. «Hay no obstante —decía yo— una gran contradicción en esta manera de pensar, porque en definitiva, ¿de qué se trata? De ser feliz. ¿No importa ser inteligente o ser memo?
Además, los que están contentos con su ser están mucho más seguros de estar contentos; los que razonan no están tan seguros de razonar bien.
Está claro pues —decía yo— que habría que elegir no tener sentido común, por poco que ese sentido común contribuya a nuestro malestar.»
Todo el mundo estuvo de acuerdo conmigo; sin embargo, no encontré a nadie que quisiera aceptar el trato de convertirse en imbécil para ser más feliz.
De lo que concluí que, si valoramos la felicidad, valoramos aún más la razón.
Pero, después de haber reflexionado sobre el tema, creo que preferir la razón a la felicidad, es también algo muy insensato.
¿Cómo puede explicarse, pues, esta contradicción? Como todas las demás. Habría mucho que hablar al respecto."
VOLTAIRE
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Buenosdias , muy profundo ... me gusta bastante. Es todo un dilema ,el despertar ante la realidad es duro, y es cuando te das cuenta que no sabes todo lo que creías saber. Y a medida que vamos despertando ante la realidad, le damos quizás menos importancia a la felicidad. Porque quizá la felicidad no exista, existen momentos felices, nada más. Saludos¡¡¡
ResponderEliminarEli
no, nome gusta el enfoque, prefiero leer una de las historias se la eli aunque sean repetitivas, pero gracias por tu esfuerzo
ResponderEliminarBd, ¿que es la felicidad? ¿pude todo el mundo ser feliz aun cuando este pasando por malos momentos?
ResponderEliminar¿que dá la felicidad? ¿es fruto de una mentalidad positiva, o mas bien la ocasiona logros, riquesas etc.?
Desime BD, ¿la felicdad es cuestion de factores externos o internos?. ¿tu eres feliz? ¿que te hace feliz?.
Hola. EN VISTA DE QUE SU ULTIMO TEMA ES UN ENFADO VERLO, ME PERMITI PONER ESTE GUIA A UNA SUPER PELICULA QUE CIRCULA EN YOUTUBE, PARA QUE QUIEN PASE POR AQUI Y NO TENGA CON QUE ENTRETENERSE AL MENOS TENGA LA OPCION DE SEGUIR EL ENLACE Y PASAR EL RATO.
ResponderEliminarNO TIENEN POR QUE DA LAS GRACIAS, LO HECHO CON MUY BUEN ANIMO.
EL ENLACE ES ESTE, Y LA PELICULA ES DE Tom Cruise. QUE LA DISFRUTEN.
https://www.youtube.com/watch?v=dGTZ6i9bj2k
Pues gracias por la pelicula.
ResponderEliminarEn cuanto a la felicidad que pregunta otro anónimo, ya haré una entrada.
Y recuerdo a todos que POR FAVOR, pongan un nombre al final del escrito, aunque sea inventado.
NO CUESTA NADA.
Muy muy profundo. Despertamos ante una realidad y entramos en otra ¿volveremos a despertar de esta última?.....y así sucesivamente.......un bucle.
ResponderEliminarVoltaire es muy profundo. En el Cándido, creo recordar que al final de la obra, la vi teatralizada por una compañía Valenciana; al ver un agricultor durante tiempo, pasar y hacer las mismas cosas cada día, se planteaban si ellos hubieran querido ser como el, a pesar de las mil calamidades de todo tipo que sufrieron, llegan a la conclusión, que todo lo vivido les enriquecía mas que haber tenido una vida mas tranquila y monótona. ¿Que es la felicidad? A lo mejor lo sabemos siempre luego, cuando meditamos lo felices que éramos.
Hola yoel menda
ResponderEliminarGracias por comentar.
Pienso que la felicidad son momentos.
Momentos cortos o un poquito largos, pero que no somos conscientes de que lo somos hasta que no han pasado. O sea, que la felicidad vive en el pasado y en la memoria.
Y mientraas tanto...podemos decir que estamos a gusto con los amigos, la pareja o en soledad.
La felicidad no es el presente. Esa es mi opinion, claro.
Saludos...¡¡
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSaludos buenosdias, gracias a ti por estos temas que invitan a reflexionar
ResponderEliminarSiempre vamos en busca de lo mejor, cuando lo bueno es lo que tenemos hoy, sin darnos cuenta de la realidad presente. Esta búsqueda quimérica hace que no disfrutemos de la felicidad del ahora.