lunes, 16 de noviembre de 2020

LA BANALIDAD DEL MAL

 

 

 

 


No sé cómo encarar este hilo; sé que necesito sacar esos 'demonios' de dentro de mi mente antes que acaben con mi poca 'estabilidad'.

Que somos una sociedad egocentrica, ya lo sabemos, que primero son nuestros problemas que los problemas de otros lo sabemos...y que primero es nuestra casa que la del vecino tambien.

Para cambiar esto lo primordial es la empatía, o sea la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

Empatía en su justa medida, que un exceso es perjudicial ya que puede acarrerar mucho sufrimiento sin aportar ningun valor; y el valor que tiene la empatía es que debe movernos a acción.

Me estalla la cabeza cuando hablan de normalidad; me enfado y soy consciente de lo estúpida que soy pero no puedo remediarlo. 

Pero vamos a hablar de normalidad...y nada mejor que hacerlo sobre los refugiados. Porque ellos tambien son la normalidad; tan normal como que vuelven (si acaso alguna vez no lo han hecho) a llegar pateras a las costas de Europa. No importa el pais, si España o Grecia, o Italia...

Y ahí es cuando mi empatía me causa una mala jugada. Imagino posibles soluciones y todas se dan de cabeza contra las politicas de unos gobiernos carentes de ética y de empatía. Evidente...cómo van a ser empáticos cuando lo que les mueve son los valores materiales, el crecimiento desmesurado y las ganancias fáciles. Son miopes. Y los entiendo ( maldita empatía...), si pensamos que la Humanidad no tiene solucion y que acaso es muy posible que dentro de 500 años ya no estemos aquí ¿qué importará unos refugiados mas o menos?. Como dijo alguien "comamos y bebamos porque mañana hemos de morir".

Pero tengo que echar fuera mis 'demonios'...

En un pequeño reportaje (pequeño, faltaría mas que hay que hablar del covid..), un refugiado recien llegado a las Canarias, explicó algo tan evidente que duele que los gobiernos no se entenren.

¿Por qué unas personas dejan su pueblo y se aventuran a perder la vida?. No es por 'simplemente' mejorar su vida, sino por pura supervivencia. De quedarse se mueren...y por morir al menos lo intentan. Dijo ese muchacho refugiado que en su pueblo (en Senegal) era pescador, pero que las grandes compañias con sus grandes barcos habian traspasado las aguas territoriales de Senegal y faenaban en aguas que no les correspondian, de tal manera que con sus pequeños barcos no podian competir y cada dia pescaban menos. 

¿La solucion?. Es evidente.

Y lo mismo pasa con la agricultura; les resulta mas barato comprar fruta de Sudamerica que la que ellos cultivan. Y así hasta el absurdo.

¿La solucion?. Otra vez es evidente.

Los refugiados, cuando llegan (si llegan) quedan recluidos en barracones o en el peor de los casos, en la intemperie en manos de la Cruz Roja, a la espera de ser repatriados (palabra asquerosa donde las haya ¿repatriados?).

Pero no todos, que los gobiernos, para curarse en salud aceptan que puedan pedir asilo politico. Pero cuidado, no todos: solo los que sean de cierta nacionalidad. ¿Que nacionalidad es la 'beneficiaria'?. Las que estan en guerra. 

Se supone que los refugiados marchan de su pais por miedo a la guerra. Los otros que no estan en guerra no cuentan. 

¿qué se considera 'guerra'?.

Según la RAE:

. f. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias.

 f. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.

f. Lucha o combate, aunque sea en sentido moral.

f. Oposición de una cosa con otra.

O sea, que no hace falta que hayan armas, sino que hay una guerra que puede catalogarse como 'moral', ¿Sí?...¿me equivoco?.

Pues por esa misma regla, todos los refugiados que llegan a las puertas de Europa deberían ser potencialmente pedir asilo politico.

En sentido moral, mas que nadie, Europa tiene el deber de capacitarse y de buscar soluciones factibles para que todas esas personas puedan seguir viviendo, primero en sus pueblos, en sus barrios, en sus tierras, puedan vivir honradamente, puedan desarrollarse en todas sus capacidades sin tener que reecurrir a perder la vida en el Mediterraneo. Y tambien, por supuesto, abrirles las puertas a todos aquellos que quieran venir a buscar un nuevo horizonte para vivir. 

Nadie, en su sano juicio se arriesga si es que no tiene nada a perder. 

Pero voy un poco mas lejos ( tengo muchos 'demonios' que quieren salir). Ha resultado ser un calco de otro episodio de la historia reciente. Me viene a la mente el caso del Eichmann y la banalidad del mal de Hannah Arendt.

Decía Eichmaan, que él solo hacía bien su trabajo. Y su trabajo consistía en maximizar las 'ganacias' y minimizar los 'costos'. Que fueran judios o sacos de patatas no importaba. Había deshumanizado a las victimas, les había quitado el rostro, el nombre, la personalidad. No tenian nada, de hecho los desnudaban al entrar en los crematorios. Despues todos en una fosa común. Quizás Eichmann tenía un plus o comision por judio muerto y así de eficaz fue su trabajo.

Tal cual parece hoy en dia el trabajo de Europa; el plus o comision por refugiado se lo lleva Turquía. Grecia recibe dinero por mantener sus campos de refugiados...Europa paga, y así ha resultado que tener un campo de refugiados es como tener un almacen de sacos de patatas. Cuantos mas tengas más dinero.

Y así...¿quien quiere buscar soluciones?.
Suerte que dentro de 500 años no habrá nadie para poder contarlo. Verguenza me daría a mí hacerlo.

Pienso que ya no me queda ningun 'demonio' por salir. 

O quizás sí.


 

martes, 10 de noviembre de 2020

GENIAL

 

 


 De los mejores discursos que he escuchado..¡¡¡

 

 

 https://www.youtube.com/watch?v=D4hZZ0sW5cI&feature=youtu.be

lunes, 2 de noviembre de 2020

PEQUEÑOS DETALLES

 

 


 

 

Cuando todo parece ser de color negro o gris, resulta refrescante recibir pequeños detalles que nos hacen volver a ver en colores.
Nos devuelven un poquito de alegría ( iba a poner esperanza, pero no me gusta esa palabra).

Son pequeñas cosas...casi sin importancia, pero que si nos tomamos tiempo y un poco de interés y le damos sentido cobran una dimension y un valor que perduraran por tiempo en nuestra vida.

Y es eso precisamente lo que me pasó, y quiero contarlo antes de que se desvanezca en la memoria y se pierda entre otras pequeñas cosas que quiero recoger estos dias.

Paseaba con una amiga; íbamos a ver a otra que tenía que hacerse una pequeña operación, y como no nos iban a dejar entrar en el hospital por eso del coronavirus, habíamos quedado en encontrarnos en la puerta a la espera de que saliera. La idea era tomarnos un café, pero claro...todos los bares estaban cerrados, asi que nos vimos en la calle y sin poder siquiera sentarnos.
Pero encontramos cerca una panadería de esas que hacen degustación y fuimos para allá. Pedimos dos cafés con leche para llevar.
-¿Algo más?...algun cruasant o pasta?- nos preguntó la dependienta muy amable.
-No, gracias, nada más-

Pagué y al devolverme el cambio, me dió en una bolsa de papel dos crosant pequeñitos, de regalo, porque así lo quiso, sin pedirlo.

Le di las gracias, por supuesto.

Y eso que es del todo anecdótico y sin ningun interés, a mí me llegó. Y a mi amiga tambien.
La dependienta no tenía porqué hacerlo...pero lo hizo, y con ese detalle hizo que el día fuera más alegre, más amable, más especial.

Y son esas pequeñas cosas, a las que apenas damos valor las que realmente hacen la gran diferencia entre un día y otro.

Esos detalles que no tienen ningun valor económico son los que pretendo hacer casa día. 

Hacer de cada día un dia especial para alguien.

Es tan fácil y es tan necesario...

Ahí va un gran beso a la dependienta...¡¡