domingo, 3 de junio de 2018

EL LINCE








Nació en cautividad, en Huelva, al tiempo adecuado lo dejaron en libertad en Portugal, y en poco tiempo se le perdió la pista.
Esta semana se le vió por los alrededores de Barcelona.
O sea...en dos años, ha recorrido mas de mil kilometros. Es el lince ibérico.

No dejo de pensar en él. Le envidio. Envidia sana que diría...quizas porque tambien lo admiro.
Una especie de envidia y admiracion.

El lince ibérico, un animal hermoso que me inspira serenidad. Me reconforta el alma y no sé muy bien porque. Será de esas cosas que no podemos darle nombre.
El sólo hecho de verle y en una foto me devuelve no sé, la paz o la esperanza de que la libertad sea un valor alcanzable.

Ha viajado en soledad, al menos durante muchisimo tiempo, ha dormido bajo las estrellas y ha descansado tocando la tierra con su cuerpo y recostado entre la hierba y los arboles del bosque.

Solo pero libre. Mucho mejor que libre pero solo...( para el que lo entienda...)

Me gustaría ser un lince, y experimentar esa libertad que da el saber que no pertenecemos a nada ni a nadie.
Que nada es nuestro y que no somos de nadie.

Si alguna vez no sabéis de mí...estaré recorriendo valles, montañas, bosques; quiero encontrarme de frente con la libertad.

Porque la libertad tiene ojos de lince.


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